Variaciones de Un Barbijo
El Covid nos sorprendió sin aviso, como un huracán, nos arrastró, cambio todos los planes, cancelaciones de muestras locales, cancelaciones de viajes, de muestras afuera....
Pase por muchas etapas, desconcierto, miedo, incredulidad.
Pasaron los primeros días, largas horas de lectura, colgada a las redes tratando de entender como operaba el virus, como estar preparados, como protegernos mejor.
Los días fueron largos, la casa llena, el cansancio por el nunca bien reconocido trabajo hogareño.
Y la etapa de encierro se extendió...., reflexioné, agradecí estar entre los privilegiados, a los que no nos faltaba nada, entre los que pudimos mirarnos por dentro.
Me volví a encerrar en mi Taller, a trabajar, a responder convocatorias virtuales, surgieron obras, que contaban de lo que estaba viviendo.
Sentí que no era suficiente, que debía hacer algo mas x el otro, desempolvé mi vieja máquina de coser, me uní a un grupo de mujeres que hacían tapabocas para el personal de un Hospital de mi cuidad.
Fueron largas horas, cortar, plegar, coser, buscar el método de hacerlo más eficiente, lograr una cadena de producción.
Mientras trabaja, apoyaba, sostenía... las largas tiras de tapabocas unidos entre sí, en maniquíes que portaban otras Obras.
Jugaba con ellas, le daba distintas formas, las enroscaba, las plegaba y, la idea tomo cuerpo, se edificó a sí misma, dejo de ser tapabocas utilitarios, empezó a SER OBRA.
Y como siempre pienso cuando doy, la retribución fue mucho mayor que el esfuerzo, los tapabocas me ayudaron en mi proceso creativo.
Gracias Cuarentena por todo lo que nos regalaste, Vimos que no salir, no es lo mismo que no poder volar., Vimos que hay luz, a pesar del encierro. Vimos que nuestros recursos internos son inagotables.
Vimos que nuestros dones volvieron a surgir. Vimos la calidez está en el interior.
Y fundamentalmente vimos, que pasado este ciclo, no seremos los mismos, aprenderemos, que para cuidarnos, indefectiblemente debemos cuidar al otro.